En 1918, comenzó nuestra historia de una manera sencilla, pero llena de visión. Un pequeño grupo de carros y caballerías, como una respuesta a la necesidad de mover productos en tiempos difíciles, marcó el inicio de lo que hoy es TADEO. En esos primeros años, el transporte no era más que una idea de movilidad, pero ya se veía el potencial de conectar personas, empresas y comunidades.

A medida que el país se transformaba, también lo hacía nuestra empresa. Las matrículas de los camiones se convirtieron en testigos de los cambios económicos, sociales y políticos. Cada número y letra grabados en esas matrículas contaban una historia diferente: la historia de una familia que, como el país, luchaba por adaptarse, crecer y prosperar.

En cada etapa, nuestra flota creció, pero siempre mantuvimos el compromiso con la calidad y la confianza. Cada vehículo que se sumaba representaba más que un simple camión; era el reflejo de una nueva oportunidad, de un paso hacia el futuro, y de la mano que hemos tendido a nuestros clientes durante más de un siglo.

Hoy, en TADEO, seguimos siendo una empresa familiar, ahora con cuarta generación al mando. Nuestra esencia sigue viva: la pasión por el transporte, la dedicación al servicio y el compromiso con la evolución. Lo que comenzó como una pequeña flota de carros y caballerías, hoy es una empresa global con una red logística que sigue conectando a miles de empresas y personas alrededor del mundo.

A través de las décadas, nos hemos transformado, pero nunca hemos perdido de vista nuestras raíces. Este viaje que comenzó en 1918 es solo el principio, y nos emociona pensar en las nuevas historias que estamos a punto de escribir.